La dieta paleolítica debe su nombre a la idea de volver a lo natural, como cuando los
hombres vivían en cavernas y ellos mismos cultivaban y cazaban sus alimentos. Pero no dejemos que
el nombre de
dieta paleolítica
nos confunda, pues está ampliamente adaptada a la vida del hombre moderno, y solo nos adentra a una
cultura alimenticia sana y sin los procesos actuales que deterioran la calidad nutricional de los
alimentos.
La teoría de la dieta paleolítica nos dice que las enfermedades del hombre
moderno no siempre han existido como tal y que muchas de ellas son la consecuencia de los graves
errores al alimentarnos y al procesar los alimentos quitándoles lo nutritivo y dejando solo aquello
que enferma al cuerpo. El Doctor Kurt G. Harris es el autor de la
dieta paleolítica
y nos indica una serie de pasos que todos los seres humanos deberíamos de seguir para ayudar a
nuestro cuerpo a mantenerse sano.
En resumen estos pasos nos indican que hay que tener un descanso adecuado
(mínimo ocho horas de sueño continuo), evitar en lo posible los vicios como el alcohol, el tabaco o
las drogas, eliminar por completo los azucares de cualquier tipo y las grasas saturadas. Las
harinas tampoco están permitidas en este régimen alimenticio, pues se propone que causan daño
directo a los procesos digestivos.
Como máximo se pueden realizar tres comidas al día, evitando consumir algún otro
alimento entre cada comida. Lo único permitido entre las comidas es tomar agua natural si la
sensación de hambre es incontrolable. Sin embargo, durante estas tres comidas la cantidad de los
alimentos que se permiten es libre, inclusive debemos de comer hasta quedar completamente
satisfechos, ya que de esta manera el cuerpo puede procesar el alimento y sentirse con energía
hasta el siguiente horario de comida.
La dieta paleolítica permite el consumo de carne de res a libre demanda, así
como también el pollo y el pescado, el huevo, el aceite de coco, las nueces y las semillas, también
se puede consumir jamón de pechuga de pavo y toda la cantidad de verduras que se desee. Las frutas
hay que racionarlas muy bien, debido a que contienen un azúcar natural llamado fructosa y pueden
intervenir en la pérdida acelerada de peso.
En cuanto a su duración se refiere, hay dos opciones que se presentan, la
primera de ellas es realizar la
dieta paleolítica
por treinta días, observar resultados y permitir al cuerpo volver a una alimentación sana pero más
variada por tres meses y nuevamente realizar la dieta paleolítica. Otra opción es seguir este
esquema por cinco días de la semana y descansar dos, así sucesivamente durante el periodo requerido
hasta llegar a su peso ideal, cabe mencionar que puede variar dependiendo de cada persona.
La dieta paleolítica también nos habla de ejercicio, pero nos indica que es
mejor hacer actividades que requieran grandes esfuerzos en pequeños periodos de tiempo, a salir a
caminar por una hora pero sin quemar prácticamente calorías, por lo que para obtener mejores
resultados, hay que acompañar el proceso alimenticio con sesiones de ejercicios adecuados para
acelerar la quema de grasa corporal.