La dieta de los astronautas o dieta de la NASA se popularizo a finales de los años
sesenta, cuando miles de personas probaron su eficacia, no solo para bajar de peso, sino también
para contrarrestar los dañinos efectos del estrés y los problemas gástricos. Aunque su nombre
parece indicarnos que este es el régimen alimenticio de las personas que visitan el espacio, en
realidad su nombre se debe a que los empleados de la NASA llevan esta dieta al pie de la letra, ya
que sus altos niveles de estrés y su trabajo exigente y particular, los lleva a tener problemas
gástricos de moderados a graves, en un tiempo determinado.
La dieta del astronauta también llamada dieta de los trece días, debido a
su duración, ya que no está indicada para que dure más de este periodo. Y si se desea volverla a
realizar, es necesario dejar pasar mínimo dos semanas en un periodo de descanso en el que la
alimentación sea variada pero equilibrada.
La dieta de la NASA se basa en un consumo muy bajo de calorías (500
aproximadamente), por lo que la pérdida de peso es acelerada, sin embargo 500 calorías son en
realidad muy poco para las actividades cotidianas de una persona normal, así que muchos nutriólogos
recomiendan combinar la
dieta del astronauta
con una serie de complementos vitamínicos para que el cuerpo no presente alguna reacción adversa
que ponga en peligro la salud.
Por su bajo contenido calórico su menú es sumamente sencillo y sin mucha
variación en sus alimentos. Para el desayuno solamente se consume café o té sin endulzar y una
rebanada de pan tostado integral. Durante la comida una porción de carne sin grasa (puede ser
pollo, pescado o carne de res), ensalada verde o una taza de verduras cocidas. Y por último para la
cena un huevo cocido o una rebanada de jamón y un poco de fruta.
Es normal que al principio la persona que siga esta dieta pueda llegar a
sentirse un poco mareado, con falta de energía y con algo de sueño. Aunque después el cuerpo va
equilibrando y adaptándose al nuevo régimen alimenticio. La
dieta de los astronautas
no está indicada para las personas que realizan ejercicio diario, ni para aquellas que tienen un
nivel de actividad alto durante el día.
Como podrás observar, no existen dentro del menú alimentos grasos, irritantes o
muy dulces, y es por esto que las personas que acostumbran esta dieta no tienen problemas gástricos
o su salud estomacal mejora mucho después de los trece días.
Una de las grandes desventajas es que la acelerada pérdida de peso puede traer
como consecuencia un «efecto rebote» muy adverso, ya que al volver a los hábitos alimenticios de
siempre el cuerpo trata de recuperar rápidamente lo que ha perdido, por lo que una indicación que
no hay que olvidar, es que la alimentación después de terminada la
dieta de la NASA
debe ser baja en grasas y azucares, si se desea conservar por mucho tiempo sus resultados.
La dieta del astronauta consta solamente de tres comidas al día y está prohibido
consumir cualquier alimento entre comidas, solamente agua natural. Recuerda consultar un
especialista antes de realizar cualquier dieta y llevar un registro adecuado de los kilos que has
perdido.