La dieta de los puntos es muy seguida por ser un régimen alimenticio un poco más libre que
los demás, sin tantas restricciones en los alimentos y con mucha variedad de opciones a la hora de
elegir tus comidas. Lo primero que se realiza en la dieta de los puntos es un conteo de ciertos
factores que dan por resultado un total de puntos, dichos factores es como una calificación, la
cual al final te dirá exactamente que porciones puedes comer y como llevar tu dieta
alimenticia.
También es conocida por sus siglas en ingles WW «weight watchers» que significan
los vigilantes del peso. Creada por Guido Razzoli, la
dieta de los puntos
permite inclusive comer fuera de casa, disfrutar de algún antojo o hacer excepciones en cuanto a
alimentos se refiere, sin perder la cuenta de los puntos de cada comida, que es lo que equilibra al
final la pérdida de peso y logra enseñar a las personas como deben de alimentarse.
Para calcular cuántos puntos debemos de ingerir al día, partimos primero de
nuestro género, dos puntos si somos mujeres y ocho puntos si somos hombres. Después vamos sumando
en base a esta tabla: si tenemos entre 17 y 26 años sumamos cuatro puntos, entre 27 y 37 sumamos
tres puntos, entre 38 y 58 sumamos dos puntos. Si tenemos un promedio de estatura entre 1,60 y 1,80
sumaremos otro punto, por debajo de esta estatura no sumaremos punto alguno y más de este promedio
estaremos sumando dos puntos. Si el peso actual es superior a 65 kilogramos le sumamos seis puntos.
La siguiente suma de puntos es en base a su estilo de vida, sedentarismo ningún punto, vida
regularmente activa dos puntos, actividad intensa seis puntos.
Al sumar el total de puntos entonces sabemos exactamente la cantidad de comida
que podemos consumir al día, esta información se toma de una tabla alimenticia donde se le otorgan
puntos a cada alimento para servirnos de guía. La ventaja de la
dieta de los puntos
es que mientras no nos pasemos de los puntos diarios, notaremos en un par de semanas la diferencia
en nuestro peso corporal y masa muscular. Otra situación a favor, es que podemos nosotros mismos
programar nuestros menús y decidir en base al horario en que tenemos más hambre la comida que vamos
a ingerir.
Hay una serie de reglas básicas que no son complicadas de aplicar en este
régimen alimenticio, la primera de ellas es que debemos de incluir cinco frutas al día, algo que
nos ayuda bastante para controlar el hambre, pues la mayoría de las frutas tienen un peso de cero
puntos. En las comidas principales debemos de incluir verduras, que ayudan en la digestión y
otorgan a nuestro cuerpo una sensación de saciedad muy rápida, las verduras en general también
tienen cero puntos.
Los alimentos que se miden con más puntos, son aquellos que contienen grasas
saturadas, que han sido freídos para su preparación, los embutidos o alimentos procesados, la carne
de cerdo, los alimentos dulces (como los postres en general) y algunos panes o panques. No es que
estén prohibidos, sino que al consumirlos en alguna comida debemos restringirnos en otro momento
del día y solo consumir alimentos que tengan pocos puntos para no sobrepasar nuestra cuota
diaria.
La dieta de los puntos está programada para realizar cinco comidas al día, que
estarán racionadas a lo largo del día cada cuatro horas, dependiendo de las actividades de la
persona. Es importante seguir este esquema y permitir que nuestro estomago realice la digestión sin
estar picando alimentos entre cada comida.
Las ventajas de esta dieta es que no es aburrida ni tediosa, ya que inclusive
diseñar el propio menú es una actividad que muchas personas prefieren, en lugar de que alguien les
diga que comer o que no pueden comer. Se puede realizar una tabla donde se programe la alimentación
de la semana, para que a su vez las personas puedan realizar sus compras y acerquen a su hogar lo
necesario para alimentarse estrictamente de forma que no sobrepasen los puntos diarios.
La dieta de los puntos no promete ser un método muy rápido para bajar de peso,
pues se pierden alrededor de medio kilo cada semana, en comparación con otras dietas con las que se
pueden llegar a perder varios kilos en el mismo lapso de tiempo. Sin embargo lo que si se asegura
es que los kilos no se vuelven a ganar o no existe el mencionado y temido «efecto rebote».
La ventaja de esta dieta es que se puede adecuar al peso que las personas vayan
perdiendo, si al inicio se desea perder un poco más de peso, basta con restarle de tres a cinco
puntos a la dieta diaria. Y una vez que se alcance el peso deseado, con respetar los puntos diarios
basta para mantenerse en dicho peso de por vida.
Una de las grandes desventajas que los especialistas de la salud han propuesto,
es el hecho de que las personas seleccionan sus alimentos sin los conocimientos básicos de los
aportes nutricionales que necesita el cuerpo para realizar todas sus funciones, por lo que pueden
caer sin saberlo en un desequilibrio vitamínico o proteínico. Para evitar esta situación se sugiere
también leer un poco acerca de los grupos alimenticios y tratar de equilibrar las comidas diarias
de manera que se estén consumiendo alimentos de todos los grupos.
Lo mejor es estudiarla adecuadamente para no caer en excesos o malas
interpretaciones cuando sumamos los puntos de los alimentos, pues al ser una dieta tan libre,
podemos tener tendencias poco objetivas que repercutirán en nuestra salud y enlentecimiento de la
baja de peso.
Por último, la dieta de los puntos está contraindicada en personas embarazadas,
niños o menores de 16 años y en situaciones médicas donde se deban restringir ciertos alimentos.
Por lo que lo más adecuado es consultar un doctor antes de iniciar cualquier régimen diferente al
que habitualmente llevamos. La constancia es la base del éxito en cualquier situación donde
queremos alcanzar un objetivo, por lo que es necesario no romper bajo ninguna circunstancia el
esquema de alimentación propuesto.